Esto dice un artículo publicado en el Dallas Morning News el pasado sábado, 21 del 2015. La industria de las prisiones en Estados Unidos genera 80 millones de millones de dólares por año, principalmente a costillas de las minorías y de las gentes pobres. Las cárceles privadas, con ánimo de lucro, se llevan una buena tajada de esta fenomenal suma cada año. Corrections Corp. Of America es el sistema más grande y lucrativo de la nación, con 60 cárceles donde están recluidos más de 70.000 presos. De hecho CCA y GEO, otra compañía de cárceles, ganaron 3 billones de dólares el año pasado. Las prisiones lucrativas son parte de un sistema judicial corrupto que con frecuencia atropella a los más vulnerables. Cuando los encarcelados salen, el sistema sigue exprimiendolos, a ellos y a sus familias, persiguiéndolos por no pagar multas y costos de corte. Según un reciente estudio de el "Ella Baker Center for Human Rights", el 80% de los que pagan el costo de los convictos son mujeres, y por supuesto el 44% de ellas son afroamericanas. Ellas pagan los costos de la corte, los honorarios legales, los cargos por las visitas, depositan dinero en las cuentas de los convictos y desembolsan efectivo para cubrir los costos de llamadas a larga distancia. Lo que le cuesta a una familia pobre mantener un convicto en la cárcel es aproximadamente $14.000.
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