Código de Color de los sitios (Ver Tabla Cronológica)
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Código de Color de los sitios (Ver Tabla Cronológica)
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Esta tabla cronológica ha sido compuesta para ayudar a los estudiantes de la Biblia que quieran adentrarse en los temas relacionados con la vida de los patriarcas y las diversas teorías que se han propuesto respecto a la historicidad de los relatos bíblicos y de la época relacionada con los mismos. Se han incluido los periodos arqueológicos, fechas, datos referentes a la historia de Egipto, Mesopotamia y Palestina y algunos sucesos bíblicos sobresalientes, para que el estudioso pueda entender mejor el contexto de las diversas teorías. Las teorías están marcadas con asteriscos (**), están en letra verde e incluyen los proponentes y la base de su respectiva ubicación cronológica.
Neolítico - 8300 AC-4500 AC
Calcolítico - 4500 AC-3200 AC
Bronce - 3200 AC-1200 AC
Bronce Tardío (1550 AC-1200 AC)
Hierro - 1200 AC-586 AC
Hierro III - (550 AC-333 AC)
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Mis primeros encuentros con el tema de la arqueología y la Biblia
Eran los primeros años de la década de los setenta. En una librería que, por aquel entonces, había en la avenida Jiménez, cerca a la carrera octava, en Bogotá (no se sí todavía esté ahí), vi mostrado en la gran vitrina que daba hacia la Jiménez un libro que se titula "Y La Biblia Tenía Razón", por Werner Keller. Yo era estudiante de secundaria y tuve que ahorrar por varios meses para comprarlo. Cuando junté el dinero, compre el libro y lo leí con avidez. Página tras página el autor hablaba de las pruebas que la arqueología moderna arrojaba respecto de la autenticidad histórica de los relatos bíblicos. No recuerdo quien me lo pidió prestado. El caso es que el libro ya no regresó a mi biblioteca. Hoy el libro puede descargarse de la Internet gratuitamente en formato PDF o adquirirse usado hasta por veintinueve centavos. Pero yo ya no tengo el mismo interés en este tipo de apología.
Arqueología y apologética
Por una parte la validez histórica de la Biblia ya no necesita demostrarse. Además, después de enormes cantidades de artefactos, inscripciones, documentos, monedas, ostraca y monumentos la arqueología sigue sin ofrecer la prueba contundente que muchos quisieran tener. Lo que pasa es que la arqueología no es una rama de la teología ni de la apologética. Es una ciencia que como tal debe hacer sus observaciones y formular sus teorías independientemente de la fe bíblica. Puede que algunos arqueólogos propongan hipótesis abiertamente contrarias a la Biblia. Puede que otros coincidan en algunos puntos con los relatos bíblicos, pero no podemos esperar que la arqueología como tal se ponga de parte de la Biblia.
La arqueología examina ruinas y restos dejados por civilizaciones antiguas para entender mejor sus culturas y sociedades. Consiguientemente, la arqueología puede arrojar luz sobre las costumbres, prácticas y creencias de los habitantes de la Mesopotamia del segundo milenio antes de Cristo, pero no puede probar que Abraham existió o no existió. De igual manera, los arqueólogos pueden desenterrar y traducir los diversos relatos que le sirvieron a aquellos pueblos para articular sus cosmovisiones, pero, a partir de su disciplina, no pueden evaluar su valor o veracidad.
La Biblia, por su parte, recopila historias que, durante un periodo de por lo menos dos mil años, fueron formando la fe judeo-cristiana. Estas historias se compusieron y propagaron oralmente y por escrito en muy diversos contextos culturales. El propósito de sus autores y editores era hilar acontecimientos y experiencias en relatos que crearan sentido dentro de su fe rica y multifacética. Muchos creemos que Dios las inspiró. En ninguna parte de la Biblia existe ningún indicio de que sus escritores pretendieran dar cuenta pormenorizada de ciertos sucesos sin otra intención más que informar qué había pasado. Consecuentemente, el valor y la autenticidad de los relatos bíblicos no pueden determinarse fuera de esa gran historia que prodigiosamente articulan. No basta con decir que tal o cual dato no ha sido corroborado por la arqueología, ni con sugerir una lectura hipotética divergente. Donde terminan las observaciones e hipótesis de la arqueología, empieza el relato bíblico con su propio significado.
Importancia de la arqueología en el estudio de la Biblia
La arqueología ilumina el contexto cultural del relato haciendo más claro su sentido. Además también enmarca los relatos bíblicos en un devenir ciertamente histórico. La Biblia no es un libro de ficción religiosa con cuentos de civilizaciones anticuadas. La premisa básica de todos los relatos bíblicos es que Dios interviene de formas usualmente inesperadas en el acontecer humano para adelantar su plan cósmico. Por sus obras históricas llegamos a conocerlo, y sus propósitos, marcados por sucesos históricos, orientan nuestra fe. Ahí la arqueología apoya a la apologética, hundiéndose en el pasado para desenterrar las ruinas que en otros tiempos y espacios específicos sirvieron de escenario a los acontecimientos que forman la historia bíblica. Sin embargo, hay que tener presente la diferencia entre suceso y relato.
Seguramente hay miles de sucesos de los que no da cuenta ni la Biblia, ni la arqueología, ni ninguna historia. Pasaron pero no llegaron a ser parte de ningún relato permanente. Por otra parte, al convertirse en relato un suceso pasa a formar parte de la cosmovisión y narración de una cultura en particular. El suceso es el lo que pasó; el relato es la interpretación. La arqueología desentierra pedazos del relato plasmados en artefactos y a partir de ahí trata de reconstruir imágenes mentales (construcciones teóricas) de pueblos y culturas. Ese es el límite del saber arqueológico.
El ejemplo del diluvio
Tomemos por ejemplo el caso del diluvio. Seguramente en alguna época remota los habitantes de Mesopotamia experimentaron una gran catástrofe de la que pocos se salvaron. En tierras bíblicas los arqueólogos han desenterrado versiones súmeras, acadias y babilónicas del diluvio. Estas son relatos construidos por las respectivas civilizaciones. La Biblia, por su parte, también ofrece su versión. ¿Qué se puede hacer con estos datos?
Aporte de la arqueología a la fe
Por otra parte, seguramente hubo muchos más desastres y calamidades en aquellos tiempos lejanos. Pero éste en particular es el que forma parte del relato. El relato, por su parte, no se escribió simplemente para informarnos que hubo un diluvio. La verdad del relato no es el dato sino los mensajes que se quieren transmitir a partir del dato. La fe se enriquece al compenetrarnos con los mensajes del relato, no constatando el dato. El mayor aporte de la arqueología a la fe es el esclarecimiento de los escenarios culturales que complementan los relatos bíblicos, haciendo más evidentes los sentidos que originalmente tuvieron en sus respectivas épocas. La sobre valoración de la constatación del dato es el resultado de la creencia modernista en una supuesta objetividad histórica y de los debates suscitados por el racionalismo de la Ilustración. Actualmente necesitamos explorar nuevas fronteras en la lectura de la Biblia y el diálogo con otras disciplinas.
Para una evaluación más extensa y refinada de la relación entre la modernidad y los enfoques hacia la comprensión de la Biblia se pueden consultar los siguientes autores: Stanley Hauerwas, N. T. Wright, John Milbank, Alasdair MacIntyre, Paul Ricœur.