¡Llegó el tiempo de volver a la escuela! Vamos a la escuela para prepararnos para que cuando seamos grandes podamos ser mejores y trabajar bien. Hay muchos trabajos. ¿Puedes nombrar algunos trabajadores que te han ayudado? Démosle gracias a Dios por ellos. ¿Cómo crees que ellos se prepararon para hacer sus trabajos? ¿Qué quieres tú ser cuando seas grande? Podemos jugar a ser grandes y tener un trabajo.
Un trabajo es algo muy importante en la vida. No es simplemente algo que los adultos hacen para conseguir dinero. El trabajo es una forma de expresar lo que somos y de realizar nuestra misión y propósito en la vida. El trabajo nos puede dar mucha satisfacción, sabiendo que estamos cumpliendo el propósito por el cual nacimos. Algunas personas sienten que su trabajo es una vocación. ¿Qué quiere decir vocación? Vocación significa “un llamado”. Esto quiere decir que Dios tiene una misión para cada uno. Démosle gracias a Dios por hacernos parte de Su gran obra dándonos una misión. Hay tres llamados fundamentales que Dios nos hace. Él nos llama como humanos a participar en el cuidado y la transformación de nuestro planeta y el en progreso de la vida y de la humanidad sobre la tierra (Génesis 1:26-28). Los humanos somos especiales y podemos hacer cosas que los animales no pueden hacer. Por eso Dios tiene trabajos especiales para nosotros. ¿Conoces personas que participan en el cuidado de nuestro planeta y en nuestro progreso? ¿Cómo puedes tú desarrollar tu vocación humana? Por otra parte, además de ser humanos, Dios nos llama también a ser cristianos. Dios quiere que todos los seres humanos vivamos en una feliz relación con Él, pero nuestros pecados han hecho mucho mal en el mundo y nos han apartado de Dios. Por eso Dios envió a su Hijo, Cristo, para destruir el pecado y reparar los daños causados por él. Como cristianos, Dios nos da el privilegio que colaborar con su obra para salvar a la humanidad de sus pecados. Participamos en la obra redentora de Cristo como miembros de la iglesia que compartimos el mensaje de Jesús con nuestras palabras y nuestros hechos. Cuando tu mamá te corrige con la Palabra de Dios, ella está cumpliendo su vocación cristiana. Cuando un hermano viene a tu casa y repara con amor el vidrio que rompiste jugando pelota, él está cumpliendo su vocación cristiana. Cuando la maestra de la clase bíblica te enseña la Palabra de Dios, ella está cumpliendo su vocación cristiana. También los padres que reflejan en su matrimonio el amor y el compromiso de Dios con su pueblo, que es como su esposa, participan de esta manera en la obra de Jesús. ¿Qué otros ejemplos puedes decir tú de personas que cumplen su vocación cristiana? ¿Cómo puedes cumplir tú tu vocación cristiana? Además de la vocación humana y de la vocación cristiana tenemos también una vocación laboral. Somos trabajadores y con nuestro trabajo también cumplimos nuestra misión. Pero a la hora de escoger un trabajo ¿cómo sabemos cuál nuestra vocación o a qué trabajo nos llama Dios?
¿Cuál es mi vocación? Esta pregunta es muy importante y no la podemos responder de un momento a otro. Como todo lo que tiene que ver con Dios y con el amor, tenemos que buscarla. Dios te eligió por medio de Jesús antes de que creara el mundo (Efesios 1:4) para que fueras parte de su gran proyecto. Él te busca porque te ama y quiere darte todo lo que necesitas para que cumplas tu misión y la disfrutes. Pero tú tienes que responderle a Dios con amor. No se trata de que nadie te oblique a hacerlo, sino de que tú por amor y gratitud descubras la mejor manera en la que puedes complacerlo. Es como cuando quieres sorprender a alguien que quieres mucho. Piensas bien, planeas y escoges lo mejor de ti para mostrarle a esa persona cuánto la quieres. Encontrar tu vocación es buscar la mejor forma de agradar a tu Padre celestial. Tu vocación es tu regalo para Dios. ¡Es tu forma de ofrecerle a Él tu vida! Tómate un tiempo para agradecerle a Dios por haberte escogido para ser parte de Su gran proyecto. Aunque estás pequeño puedes empezar a hacer cosas para participar con Dios en su obra y también puedes prepararte y aprender muchas cosas para un día entregarle lo mejor de ti. ¿Cómo te gustaría servir a Dios por medio de tu trabajo? Tal vez todavía no estás listo para escoger un oficio, una carrera, o una profesión. Pero puedes entregarle a Dios tu vida, diciéndole que lo que escojas en tu vida será para ofrecérselo a Él. Esto es vivir tu vida por amor, ¡lo mejor que nos puede pasar!
¿Cómo puedo saber qué le gusta a Dios y qué quiere Él que yo haga? Hay tres cosas que nos ayudan a conocer los gustos de Dios. Es como cuando quieres saber los gustos de una persona para darle una sorpresa. ¿Qué haces? Si quieres conocer los gustos de Dios, primero tienes que practicar la piedad. Piedad significa devoción, respeto y dedicación. Cuando la leemos la Biblia con amor y deseo de conocer a Dios, practicamos la piedad. También practicamos la piedad cuando nos gusta pasar tiempo con Dios, hablando con Él en oración. Adorar a Dios y prestar atención a sus mensajes también es ser piadoso. No puedes saber qué le agrada a una persona si no le prestas atención. Así tampoco puedes saber los gustos de Dios si no desarrollas la piedad. Otra forma de saber lo que a Dios le gusta, es descubriéndote a ti mismo. ¿Qué regalos te ha dado Dios? ¿Con qué habilidades especiales te ha dotado? ¿Qué cosas te gustan? ¿Qué cosas admiran de ti otras personas? Todas estas cosas son regalos que Dios te ha dado para que puedas realizar tu misión y ser muy feliz. Haz una lista de estas cosas y agradécele a Dios por ellas. Ofrécele desarrollarlas y usarlas para Él lo mejor que puedas. Finalmente, para saber lo que Dios quiere, tenemos también que prestar atención a las necesidades que hay a nuestro alrededor. Una buena parte del proyecto de Dios aliviar el dolor y las necesidades que el pecado ha dejado en el mundo. Él quiere que nosotros participemos en la salvación de otros como representantes de su gracia y amor. Si te fijas en las necesidades de otros puedes saber cómo quiere el Señor que uses los dones y capacidades que te ha dado. ¿Qué personas han llegado a ti para satisfacer tus necesidades? ¿Les ha ido bien a esas personas en la vida? ¿Qué necesidades ves que tienen tus amigos y parientes? ¿Otras personas en tu barrio o tu ciudad? ¿En tu país y el mundo? Piensa en estas necesidades, pídele a Dios por las personas que tienen esas necesidades y verás que pronto te irás dando cuenta en una forma más clara de cuál es tu vocación. En otras palabras, sabrás mejor cómo puedes agradar a Dios tu vida y mostrarle cuánto lo amas cada día.
Hay un gran estorbo que con frecuencia impide que encontremos nuestra vocación. Es el egoísmo. Egoísmo es cuando no pensamos en nadie más fuera de nosotros mismos. Sólo nos interesa que todas nuestras necesidades y deseos se cumplan y no nos importa si otras personas sufren o pasan necesidades. Tómate el tiempo para leer detenidamente la historia del buen samaritano en Lucas 10:25-37. ¿Porqué crees que Jesús contó esta historia? ¿Cómo cumplió el samaritano su vocación? ¿Porqué estaba el hombre herido en el camino? Aunque los otros personajes que vieron al hombre herido en el camino eran muy religiosos y trabajaban en cosas del templo y de la religión, ellos realmente no entendieron su vocación. ¿Creer que eran felices? ¿Crees que Dios estaba contento con ellos y lo que hacían? ¿Qué necesidades crees que tenían cada uno de los personajes de la historia? ¿Cómo puede la historia del buen samaritano guiarte para encontrar tu vocación?