AL MORIR LA VOZ LIDER CONSERVADORA DE ANTONIN SCALIA, EL PRESIDENTE TIENE LA FACULTAD CONSTITUCIONAL DE DESIGNAR AL NUEVO MAGISTRADO DE LA SUPREMA CORTE, PARA QUE EL SENADO LO RATIFIQUE (La Suprema Corte tendría cinco demócratas y cuatro republicanos).
Los trascendentales cambios del EE.UU. presidido por Barack Obama, siguen su incontenible curso demoliendo la insensatez republicana, inclusive, con ayudas casi providenciales. En el amanecer del día Sábado 13 de Febrero, en un rancho del oeste de Texas, fue hallado muerto el magistrado de la Suprema Corte de EE.UU., Antonin Gregory Scalia, la más férrea voz de la extrema derecha republicana.
Sin duda alguna, el nuevo magistrado nombrado por el presidente de EE.UU. estará alineado a su pensamiento de humanista y constitucionalista, y así se reivindicara el valor jurídico de la Ley Suprema aplicada con espíritu auténticamente demócrata. Recordando el caso Marbury contra Madison (1803) que sentó las bases de la revisión constitucional, el magistrado presidente John Marshall declaró en ese entonces que “es enfáticamente la jurisdicción y el deber del Supremo Judicial decir lo que es la ley, y ese deber incluye el poder del Tribunal Supremo de derogar incluso actos del Congreso si se determina que son contrarios a la Constitución”.
En un año de tanta intensidad electoral como lo será el 2016, volverá aflorar el resentimiento del “Tea Party” y su inaceptabilidad ha ser gobernados por un presidente negro, a pesar de haber transformado increíblemente una economía en ruinas como la que le dejo el nefasto gobierno republicano de George W. Bush.
Y no se hicieron esperar, casi junto al féretro del juez Scalia, la voz disonante e irrespetuosa al orden jurídico del senador republicano Mitch McConnell, haciendo gala del ya tradicional maltrato al gobierno constitucional del presidente Obama, expelo que deberá ser el nuevo presidente quien nombre el reemplazo del fallecido magistrado Antonin Scalia.
Tal vez puedan manipular la arbitrariedad para que el Senado Estadounidense no cumpla su función constitucional y desatiendan al presidente de EE.UU., como lo hicieron las mayorías de la Cámara de Representantes cuando archivaron la propuesta de Reforma Migratoria; pero esas mayorías no podrán controlar una estruendosa y multitudinaria opinión ciudadana que no permitirá anestesiar a la Suprema Corte por espacio de un año; y aun podrán con ese craso error, alimentar una inatajable votación demócrata, pues hay decisiones judiciales de trascendencia no solo para la vida institucional de EE.UU., sino también, para el nuevo liderazgo estadounidense que se avecina en el continente americano y en el mundo entero, al haber derogado la intervencionista doctrina Monrroe que con su imperialismo y su colonialismo creo la insaciable industria de la guerra.
ARNOBY BETANCOURT
Escuela Comunitaria de Derechos Humanos de Texas
Dallas, Texas, Febrero 13, 2016